domingo, 24 de febrero de 2013

"EL RUGIR DEL PASADO"

   
      Retromóvil Madrid 2013, es poner un pie dentro y sentir como el pasado te inunda. Tan pasado que nos encontramos con joyas de un siglo de antigüedad.

Los coches, motos y camiones que han estado expuestos este fin de semana en Classic auto de IFEMA, son, como su propio nombre indica, clásicos de mas de 25 años. Pero en este caso, su antigüedad para nada significa "pasado de moda."

       Al igual que mi padre, todo un aficionado del motor y del vehículo clásico, miles de aficionados recorren este pabellón y siguen los pasos de numerosas ferias internacionales y eventos para satisfacer sus ansias de gasolina.














      Y es que un clásico no es una "chatarra para llevar al desguace" a ver pasar el tiempo entre polvo y óxido; lo clásico es un sentimiento, son vivencias y recuerdos de un tiempo pasado.

     Me contaba mi padre esta misma mañana: "Mira, el Gordini del buelo, en uno como este el Tito Carlos y yo nos salimos de la carretera,se dio media vuelta, tenían todo el peso atrás, lo llamaban el coche de las viudas.
El truco era ponerle un contrapeso en el maletero", o"Mira, la Montesa 370, como con la que me saqué el carné de moto", y, si se me permite la expresión, "¡Ostias, el Pegaso en el me saqué el carné de camión!, ¡que mole!", etcétera.

Barreiros militar
      Todo son recuerdos, Seat 600, Hispano Suiza, Rols Royce, Porsche...incluso juguetes de antaño como motoristas de hojalata y un sinfín de recambios y piezas de mecánica. Ah y como no, es obligado un descansito para reponer fuerzas con una ración de ibéricos y una cañita.
      Pero sigo en lo que me concierne; me gustaría que os pararais a pensar por un momento cuantos kilómetros habrán recorrido estas reliquias, que manos habrán trabajado la chapa y pintura de cuantos clásicos nos encontramos aquí, que esperanzas y sueños de futuro tendrían sus primeras familias compradoras, o que pensarían las gentes del pueblo al verlos aparecer por allí, con aquel furgón de Auto Unión,  que infundía temor en los niños, pensaban que venía la calaña.


Furgoneta Autounión

      No podemos menospreciar lo anterior por el simple hecho de serlo, ya que es nuestra historia, y no nos gustaría que lo que ahora vivimos y tanto disfrutamos, dentro de unos años, cayera en el olvido.
      Estos motores nos hablan, nos llenan de vivencias, y por eso no son simples máquinas, son el rugir del pasado.
                                     








                                                        ALICIA MARTÍN CARRASCO

                                             ALCORCÓN, A 24 DE FEBRERO DE 2013