Perico de Santibáñez.
Mi historia, mi vida, mi familia y mi tierra, la Sierra de Gata (Cáceres) España.
lunes, 24 de octubre de 2016
jueves, 19 de diciembre de 2013
II JABALINERA
Ni los "Jabalinis", como dicen en mi pueblo, se atreven a salir con semejante panorama.
Dice el motoclub Pistón, organizador de la reunión de motos clásicas:
"¿Que es un Jabalí?, es un tipo
de motorista muy especial, nunca pregunta qué tiempo hace antes de salir a
rodar, nunca pregunta si falta mucho y se enfada cuando alguien propone
regresar."
Ya sabéis de que
estoy hablando, el lugar, Cantabria. Os he hablado de ésta tierra, de sus
paisajes, de su gente, os he hablado de ello en el artículo sobre la ruta
de los 9 Valles; pero ésta última se desarrolla en Julio y aun así, hay
que ir preparados, sobre todo para la lluvia. Así que en esta fecha y con lo
que estaba cayendo... El poster de esta edición, no pudo ser más acertado,
nieve, lluvia, frio, mas nieve...y motos, ¡¡increíble!!, de motos clásicas
hablamos, con freno de tambor.
Cargando motos |
Tres
motos en el remolque, Montesa Impala, Yamaha 250 y MV Sella, esta también de Paco; el tractor, un
todo terreno poderoso, tracción total; menos mal, de no haber sido por él, aun
estaríamos en Burgos y escacharraos. A medida que cruzábamos la meseta
castellana, el panorama se ponía feo, mucho, apenas visibilidad y si los coches
mal..., ¿qué pasaría con las motos? Yo, en mi inocencia -si está así, no
serán tan locos como para salir- pensaba; "probi" de mí, cuando llegamos
al hotel, allí había cerca de 50 motos preparadas para la aventura y un ánimo
entre los pilotos y acompañantes que me dejó perplejo, "están locos,
quiero irme, que hago aquí". Muchos llevaban allí de ruta desde el Jueves,
estaban ya curados de espanto, eran veteranos, y nosotros…reclutas, igual, con
cara de susto.
Llegando a Cantabria |
Amanece, en cuanto los pies en el suelo, a la
ventana corriendo: no nieva pero sigue la lluvia y un frío que
pela; las montañas no se ven, tan solo 400, 500 metros de visibilidad, y
eso aquí abajo, ¡¡cómo será en las alturas!!, madre mía y ya había jabalines
sacando la moto y arrancándola, "están locos estos romanos"...que
decía Asterix.
La Yamaha 250 |
La MV preparada |
Me faltan los guantes, dos pares también, ¡que
exagerao! pensará alguno, pues amigo...en moto, o todo sobra o todo hace falta;
hoy es el día para esto último, y además, para quitar siempre hay tiempo Y el
casco, uno solo...pero con sotocasco, je, je. Mientras
me estoy poniendo este último y después de haber hecho alguna foto, Josón nos
da la última charla y novedades sobre el tiempo: no va a cambiar, y en los
altos, sigue habiendo nieve y algún puerto cerrado, con lo que la ruta ha de
variarse. ¡Pero quien me mandará a mí meterme en este fregao! Arranco la moto,
esta lleva carburador del'lorto, no Zenith como la mía, lo tuve que cambiar
porque no daba con la buena carburación, así que espero no me de problemas.
Revisión de cadena, ruedas, gasolina, luz...todo
bien, sobre todo los neumáticos, estos son nuevos, no clásicos y ya la he
llevado antes, aunque en seco y se agarran muy bien. Salimos, dejo pasar a las
más grandes -que son casi todas- y me
pongo detrás de los Rincón, primera rotonda y alguno derrapando ya, mucha agua;
suave, suave, toco freno, giramos, acelero con tacto y bien, de momento "sobre
ruedas", sigue agarrando bien.
La Montesa |
Me tuve que quitar las gafas también y guardarlas, ¡¡madre mía
la que me espera!! ¿y solo me pasa a mí esto? saco un pañuelo y limpio bien la
dichosa visera y reviso las aireaciones del casco, están bien, es nuevo, y no
es de los baratos...comienzo a proliferar una serie de palabras que no se deben
escribir, por mi boca salían lindeces y no cariñosas, para los señores
fabricantes.
En marcha de nuevo, y arreando, soy el último y por detrás tan solo el
coche escoba. Todavía subiendo el primer puerto, subiendo de nivel también la
niebla y el frío y a todo esto, le sumamos el hecho de ir sin mis gafas
graduadas, empezamos bien. Menos mal que vamos despacio, y poco o nada de
tráfico. Y la visera sigue dando la tabarra, así que un par de milímetros
levantada y a seguir.
Buen tiempo... |
Tomando un caldito |
A ver si baja a los pies, lo que me temía, las botas baratas calan, siento la humedad, sobre todo en el izquierdo.
No sé en qué pueblo estamos, pero es grande y parando que hemos llegado al restaurante, miro la hora, las dos de la tarde, perfecto. Consulto sobre la comida y aun había que esperar algo, así que decido liarme con la moto; una vez parada, le costaba arrancar y mucho y eso no es problema de carburación, va a ser encendido.
Busco un lugar apropiado para no mojarme, habíamos aparcado en frente del restaurante; me doy un garbeo y en la trasera hay sitio y lo mejor, bajo techo. Se lo digo a Paco y que me avise cuando toquen a comer; me voy directo al plato magnético, platinos, no sea que estén desajustados o incluso haya entrado agua, humedad, que era lo más normal. Limpio, ajusto, quito bujía, una pedalada y hay chispa. Bobina de alta bien, se entiende, puede ser condensador y precisamente esto no tengo en los repuestos que he traído y el fallo es más que probable que sea por su culpa. En fin monto todo y pruebo a arrancarla y bien, funcionando. A comer llaman. Que aproveche.
Los jabalíes |
El Jabato |
Celebrándolo |
Los Credence |
Y como
siempre, las gracias a mi mujer y a mis hijas.
Pedro Martín
martes, 10 de diciembre de 2013
XI RUTA 9 VALLES 2013 LA ETAPA REINA DEL AÑO
MI TERCERA PARTICIPACIÓN CONSECUTIVA
13 de Julio, se presenta una de las grandes, al menos para mi, y un verdadero reto, 408 Km en un solo día y como ya comenté en la primera que hice, por esa inmensa geografía de las tierras cántabras. De ahí lo de "Etapa Reina". De nuevo nervios, "como me responderá mi pobre MV", ¿me fallará como el pasado año? espero que no. También por el tiempo, hasta entonces muy irregular, cambiante, cuanto mas en esas latitudes. Mirar la ruta, entramos incluso en Palencia, provincia, ¡¡que barbaridad!!
MI TERCERA PARTICIPACIÓN CONSECUTIVA
13 de Julio, se presenta una de las grandes, al menos para mi, y un verdadero reto, 408 Km en un solo día y como ya comenté en la primera que hice, por esa inmensa geografía de las tierras cántabras. De ahí lo de "Etapa Reina". De nuevo nervios, "como me responderá mi pobre MV", ¿me fallará como el pasado año? espero que no. También por el tiempo, hasta entonces muy irregular, cambiante, cuanto mas en esas latitudes. Mirar la ruta, entramos incluso en Palencia, provincia, ¡¡que barbaridad!!
Con tiempo me lio con la moto, es lo fundamental; ¿Qué falló el pasado año? pues aun no lo se a ciencia cierta, solo se que después de comer no daba chispa, no había manera y al final de la etapa, si. Y ahora mismo que estoy con ella, sí da chispa, los platinos bien, cables y bujía bien...¿Qué le hago?
Detalle freno doble leva por Segundo Alonso |
Recordé -después de pensar y pensar- algo que mi padre me contó en cierta ocasión: en un coche, la chispa desaparecía cuando el motor llevaba algún tiempo funcionando; comprobó la bobina de alta -metiéndole corriente directa- y no daba. Transcurrido cierto tiempo vuelve a hacer la prueba y funcionó. Lo que me pasa a mi, cuando se calienta se deriva y al enfriarse, como si nada.
Ante esto, decido llevar otra bobina, con su cable de alta ya puesto y sujeta al lado de la que falla; ya puesto, le hice el cableado con un conmutador, de tal forma que si me falla la de origen, conmuto y hago el cambio de cables de bujía. En las pruebas que hice antes de partir, no dio ningún problema, por lo que sigue con la original. Ya veremos.
Un pepino |
Por fin acudía a un evento con la pintura como Dios manda, la orla blanca en ambos costados del depósito, recién hecho por otro lado y con un anagrama o logo diseñado por mi y por mi hija Alicia, el cual ofrecí a la organización y lo aceptaron y lo tomaron como oficial para los próximos certámenes, incluido este. Iba, porque no decirlo, con orgullo y esperando ver que sorpresa nos deparaban.
Nos pusimos en marcha, me fui con Jesús en su furgón, junto con Paco Nieto y sus dos motos; la mía se la llevó P. Rincón unos días antes, a San Vicente de la Barquera, bonito pueblo y nuestro alojamiento. Fuimos a parar a Santillana del mar, al hotel sede de la organización, y allí ya empezaba a correr de nuevo el gusanillo, mucha gente y muchas motos y ¡¡que motos!!. Me fui a ver a Javier Francés, habíamos mantenido contacto a lo largo del año, pero a través de emails, y ya tenía ganas de verlo en persona y charlar con el. Cuando entramos en el garaje donde había que guardar las motos, allí estaba, nos saludamos, hicimos la inscripción pertinente y a seguir saludando a viejos conocidos.
Abrí la bolsa que nos dieron y....sorpresa, ¡¡un polo con mi emblema estampado!!, precioso, emoción y mas cuando veo aparecer a mas gente con el puesto; le pregunto a Javier si no había hecho las pegatinas para las motos y en ese momento me reconoció ¡¡¡Pedro!!!... perdona, no te relacionaba ahora; mandó callar a los allí presentes y me presentó como el autor del emblema, enorme satisfacción, y acordándome de mi hija Alicia, ella fue la auténtica artífice.
Descargamos las motos, las pusimos a buen recaudo, de noche por aquí o niebla o lluvia, aparte de frio. Las de menor cilindrada este año, la Vespa de Jesús y la mía; esto no cambia, por mucho que Javier invita a motocicletas nacionales y poca cilindrada. Acuden clásicas si, pero la mayoría BMW serie 2 y 5, aparte de alguna de preguerra, tres R12 y una R 5, "total ná" que dicen en mi pueblo. En dos tiempos OSSA, Bultaco, Montesa y Vespa, pero las que menos. Estas últimas, a pesar de su menor cilindrada, no les tienen miedo a las "pata negra", son peleonas, mucho, favorecidas por el sinuoso recorrido y mas en las manos de algunos.
Amanece el esperado día, raudos a por las motos, como si de Le Mans se tratara, hay que vestirse de piloto, abrigarse -aunque sea Julio- arrancar y salir disparado a echar gasolina. De aquí, al lugar de reunión, La Casa de Juntas, en Puente San Miguel, donde tenemos unos últimos consejos sobre la ruta y nos hacemos la foto de familia. Miro al cielo....palmadita cariñosa a la moto, despejado, suave brisa, perfecto, buen presagio. En marcha, 55 veteranas motos a conquistar de nuevo Cantabria.
Helguera, Riocorvo, Selaya, Portillos de la Sía, Las Machorras...primera etapa, 172 km de subir, bajar y disfrutar; la segunda, 69 km, el alto de Las Estacas de Trueba, Vega del Pas y San Pedro del Romeral, espectacular y mas con el día que aun seguíamos teniendo, a pesar de que en las primeras cumbres, aparecía la niebla. En Monegro, parada para comer y descansar; la última bajada, preciosa, disfrute pleno, mucha tralla y cansado. La MV, de momento ágil y sin quejarse; y vaya si se nota el haber cambiado la corona, ¡que bien subía!, dentro de sus posibilidades, en tercera casi todos los puertos, la segunda cuando alguna moto mas grande me ralentizaba o curvas cerradas y peligrosas.
Bajando sin problemas, a recuperar lo perdido, a disfrutar. Llaneando es donde mas sufre, donde también se nota el cambio, pero para mal; no podía ni quería darle, muy alta de vueltas, así que paciencia, mientras los monstruos me pasaban, los que iban detrás, porque a muchos otros nos le vi nada mas que a la hora de comer.
Estaba comiendo y pensando, ¿arrancará ahora o tendré problemas de nuevo? pero con confianza, ya que si fuera el caso, le hacía el truco del almendruco. Nos quedaba aun tramos llanos y entre ellos en la provincia de Palencia, esto si me preocupaba. Acabo de comer, cojo el casco y me voy en busca de la moto; observo tensión cadena, nivel aceite, temperatura del motor -ya casi frío- y la gran prueba, con una suave patada debe arrancar; pongo el contacto, abro gasolina -aun no he repostado- le doy y...¡¡NO arranca!!, pero es que ni una mera explosión....tranquilo, no toco nada; quito y pongo contacto de nuevo, otro cartucho de dinamita y....en marcha, con algún estornudo que otro pero pronto el ralentí estable; palmadita de nuevo, alivio y a correr. Quedan aun 170 km.
Reinosa, Espinilla, Brasoñera, Cervera de Pisuerga, alto de Piedras Luengas, Puentenansa, valle de Cabuérniga, Virgen de la Peña, Quijas y Santillana del Mar; este era el recorrido y digo era porque así no lo hicimos un grupo que formamos. Se puso en cabeza Rincón y Nieto, andaban todo el día picados y se despistaron, vieron montaña y todos a por ella; la bajada esta, recuerdo que fue también increíble, además de larga; lástima de cámara que si se me averió hacía tiempo ya. Consecuencias, ya no podíamos hacer la ruta original, habíamos perdido mucho tiempo, así que, y visto la hora que era, decidimos hacer la nuestra. Atravesamos el parque natural Saja-Besaya -maravilloso- para llegar a Cabuérniga y de aquí pasar por San Vicente de la Barquera, por las carreteras menos transitadas posibles hasta Santillana del mar. Veremos a ver.
El desconocimiento de algunos tramos, sumado al incremento del tráfico, hizo que el tiempo aun nos apremiara mas, con lo que una vez en San Vicente de la Barquera, optamos por coger la autovía del Cantábrico, para llegar antes y seguros, esto es, no perdernos; puuuffff, dije yo, ¡¡ 40 km de autovía!! con mi moto y con el tráfico que había y las velocidades que desarrollan...; ya estaba atardeciendo, le dije a Jesús que se pusiera delante con su Vespa, anda mas o menos como la MV y los demás detrás, escoltándome.
Así fue durante 5 km, mas o menos, ambas andan en llano igual, pero con la corona de 48 dientes, no con la de 50 que llevaba puesta. Jesús desapareció de mi vista, me abandonó, menos mal que los otros aguantaron; nos adelantaban hasta los inmensos camiones y subiendo. Se me hizo eterno, sufrí lo indecible, pero no quise forzar el motor, debía de cuidarlo. Y a todo esto sin repostar.
Cuando vi la salida para Santillana... vi el cielo abierto, y 1 km mas allá, vi a Jesús, andaba perdido, le pasé y le tiré una "patá," ¡¡anda sígueme ahora si puedes!! le dije...¡¡que alivio!!
Quedaban dos, tres kilómetros para llegar al Hotel San Marcos, y ya iba yo celebrando el éxito, recordando los días pasados, la preparación, el día de hoy, la salida, los nervios, alegría, y tristeza a la vez, esto se acaba, saltando en la moto, dándole las gracias,, mimándola un poquito. En cuanto me baje, llamo a Ana, para decirle que he acabado y sin ningún problema; lástima no esté aquí.
Cuando llegué al hotel, de nuevo miro al cielo....recuerdo para mi maestro, el mecánico, mi padre. Seguro que también lo celebró, y se aliviaría, porque en algún momento debió de pasar algo de miedo. Recuerdos también para mi hermano Carlín y para Salva, otro maestro, les llamaré también. Su ayuda, fundamental.
Llega la cena, momento de celebración, los comentarios del día, lo vivido en la ruta, los paisajes recorridos, anécdotas...; momento de descanso también y de disfrute pleno, disfrute total. Tienes que venir con otra moto mas potente me dicen algunos..., estos no saben lo que es sufrir y que por ello, aun mayor el disfrute, el sabor de la victoria es aun mas grande; hacerlo con un avión no tiene gracia.
Yo lo siento así, orgulloso de lo que una vez mas he conseguido, con mis posibilidades, con mis circunstancias. A Dios gracias por ello. Una vez terminada la cena, entrega de premios y mira por donde, premio a la moto mas pequeña para la MV 150. El colofón.
A los amigos de Villaviciosa de Odón, a Javier Francés y a mi familia: muchas gracias.
Hasta el próximo año, hasta la XII RUTA DE LOS 9 VALLES.
Pedro Martín
EL depósito recién pintado |
Abrí la bolsa que nos dieron y....sorpresa, ¡¡un polo con mi emblema estampado!!, precioso, emoción y mas cuando veo aparecer a mas gente con el puesto; le pregunto a Javier si no había hecho las pegatinas para las motos y en ese momento me reconoció ¡¡¡Pedro!!!... perdona, no te relacionaba ahora; mandó callar a los allí presentes y me presentó como el autor del emblema, enorme satisfacción, y acordándome de mi hija Alicia, ella fue la auténtica artífice.
Puente San Miguel |
Amanece el esperado día, raudos a por las motos, como si de Le Mans se tratara, hay que vestirse de piloto, abrigarse -aunque sea Julio- arrancar y salir disparado a echar gasolina. De aquí, al lugar de reunión, La Casa de Juntas, en Puente San Miguel, donde tenemos unos últimos consejos sobre la ruta y nos hacemos la foto de familia. Miro al cielo....palmadita cariñosa a la moto, despejado, suave brisa, perfecto, buen presagio. En marcha, 55 veteranas motos a conquistar de nuevo Cantabria.
La niebla matutina |
Helguera, Riocorvo, Selaya, Portillos de la Sía, Las Machorras...primera etapa, 172 km de subir, bajar y disfrutar; la segunda, 69 km, el alto de Las Estacas de Trueba, Vega del Pas y San Pedro del Romeral, espectacular y mas con el día que aun seguíamos teniendo, a pesar de que en las primeras cumbres, aparecía la niebla. En Monegro, parada para comer y descansar; la última bajada, preciosa, disfrute pleno, mucha tralla y cansado. La MV, de momento ágil y sin quejarse; y vaya si se nota el haber cambiado la corona, ¡que bien subía!, dentro de sus posibilidades, en tercera casi todos los puertos, la segunda cuando alguna moto mas grande me ralentizaba o curvas cerradas y peligrosas.
El asón |
Subiendo el Asón |
Impresionante bajada |
Reinosa, Espinilla, Brasoñera, Cervera de Pisuerga, alto de Piedras Luengas, Puentenansa, valle de Cabuérniga, Virgen de la Peña, Quijas y Santillana del Mar; este era el recorrido y digo era porque así no lo hicimos un grupo que formamos. Se puso en cabeza Rincón y Nieto, andaban todo el día picados y se despistaron, vieron montaña y todos a por ella; la bajada esta, recuerdo que fue también increíble, además de larga; lástima de cámara que si se me averió hacía tiempo ya. Consecuencias, ya no podíamos hacer la ruta original, habíamos perdido mucho tiempo, así que, y visto la hora que era, decidimos hacer la nuestra. Atravesamos el parque natural Saja-Besaya -maravilloso- para llegar a Cabuérniga y de aquí pasar por San Vicente de la Barquera, por las carreteras menos transitadas posibles hasta Santillana del mar. Veremos a ver.
Segundo y Mari |
Así fue durante 5 km, mas o menos, ambas andan en llano igual, pero con la corona de 48 dientes, no con la de 50 que llevaba puesta. Jesús desapareció de mi vista, me abandonó, menos mal que los otros aguantaron; nos adelantaban hasta los inmensos camiones y subiendo. Se me hizo eterno, sufrí lo indecible, pero no quise forzar el motor, debía de cuidarlo. Y a todo esto sin repostar.
Vértigo |
Quedaban dos, tres kilómetros para llegar al Hotel San Marcos, y ya iba yo celebrando el éxito, recordando los días pasados, la preparación, el día de hoy, la salida, los nervios, alegría, y tristeza a la vez, esto se acaba, saltando en la moto, dándole las gracias,, mimándola un poquito. En cuanto me baje, llamo a Ana, para decirle que he acabado y sin ningún problema; lástima no esté aquí.
Cuando llegué al hotel, de nuevo miro al cielo....recuerdo para mi maestro, el mecánico, mi padre. Seguro que también lo celebró, y se aliviaría, porque en algún momento debió de pasar algo de miedo. Recuerdos también para mi hermano Carlín y para Salva, otro maestro, les llamaré también. Su ayuda, fundamental.
Llega la cena, momento de celebración, los comentarios del día, lo vivido en la ruta, los paisajes recorridos, anécdotas...; momento de descanso también y de disfrute pleno, disfrute total. Tienes que venir con otra moto mas potente me dicen algunos..., estos no saben lo que es sufrir y que por ello, aun mayor el disfrute, el sabor de la victoria es aun mas grande; hacerlo con un avión no tiene gracia.
Yo lo siento así, orgulloso de lo que una vez mas he conseguido, con mis posibilidades, con mis circunstancias. A Dios gracias por ello. Una vez terminada la cena, entrega de premios y mira por donde, premio a la moto mas pequeña para la MV 150. El colofón.
A los amigos de Villaviciosa de Odón, a Javier Francés y a mi familia: muchas gracias.
Hasta el próximo año, hasta la XII RUTA DE LOS 9 VALLES.
Pedro Martín
jueves, 5 de diciembre de 2013
III RUTA LAS PICOTAS (2013)
Club Motos Veteranas
Villaviciosa de Odón
Inició la
andadura esta ruta, en el año 2011, aunque con otro nombre: “1ª y 2ª Pre
vuelta”. ¿Porqué Pre-vuelta?, la idea original, aunque
no tenía muchos adeptos, era hacer la
Vuelta a España en moto clásica; dado los inconvenientes planteados por la
mayoría y visto el éxito de las dos primeras, los lugares, parajes, carreteras tranquilas,
(aunque no sin dificultad) decidimos
olvidar aquel proyecto y perpetuar ésta que se relata.
Primavera, el cerezo en flor, el Valle del Ambroz, del Jerte, La Vera, y un montón de puertos (picos). De aquí, media vuelta y “pa” Madrid. La ruta Las Picotas, en marcha y consagrada. Los días 19, 20 y 21 de Abril, días acordados, y rezando para que el clima se estabilizara; punto de encuentro en la gran explanada del Bricolaje Rincón, -parece preparada para tal efecto- Villaviciosa de Odón, para salir a las 15 horas; depósitos llenos, motos revisadas y, equipaje, algunos repuestos y herramientas en el furgón de apoyo, con remolque por supuesto, para al menos 4 ó 5 motos.
Primavera, el cerezo en flor, el Valle del Ambroz, del Jerte, La Vera, y un montón de puertos (picos). De aquí, media vuelta y “pa” Madrid. La ruta Las Picotas, en marcha y consagrada. Los días 19, 20 y 21 de Abril, días acordados, y rezando para que el clima se estabilizara; punto de encuentro en la gran explanada del Bricolaje Rincón, -parece preparada para tal efecto- Villaviciosa de Odón, para salir a las 15 horas; depósitos llenos, motos revisadas y, equipaje, algunos repuestos y herramientas en el furgón de apoyo, con remolque por supuesto, para al menos 4 ó 5 motos.
Llegó el día tan esperado, nervios, bastante;
muchos Km por delante, 600, en tres etapas; el tiempo como habíamos deseado,
mejor imposible y empiezan a aparecer las motos. DKW, Sunbeam, Vespas, MV,
Guzzi, Bultaco, Honda y BMW (14 en total) también el furgón con una Ossa en el
remolque por si acaso. Mas nervios, las 3 de la tarde, el personal –algunos, la
mayoría- de cháchara, saludándose en
algunos casos, en otros, contando batallitas. Es Viernes, buen tiempo, la
carretera de los pantanos y 15 Km de autovía hasta el desvío a Quijorna.
Las 4 de la
tarde, había que comprar provisiones para la cena en ruta y aún no habíamos
salido; 169 Km nos esperaban hasta Navarredonda de Gredos, casa rural para 15
personas, otras 5 en el Parador nacional de Gredos; motores en marcha, las 2
tiempos empiezan a dejar su huella y las 4, sus peculiares ronroneos, música en
algunos casos. Los días empezaban a tener más horas de luz, pero no podíamos descuidarnos.
Como se decía en los albores del
automovilismo, -fórmula empleada por los franceses- en lugar de desearnos “Buen viaje”…, “Bon
allumage”. La suerte está echada.
Guzzi 500 |
La Sunbeam S-7, bonita estampa con música clásica de fondo, antes
de partir avisaba de posibles problemas; tenía una pequeña fuga de aceite por
la tapa del árbol de levas. No en vano, Jesús, su dueño, un figura, llevaba
entre otros repuestos, una lata de aceite por si las moscas. Por fin en marcha,
la MV por ser la menos potente, en cabeza, seguida de la Vespa 150, amigas ya
de otras batallas. Una vez dejamos la autovía, el camino se hace más divertido,
menos tráfico y trazado propicio para las menos potentes citadas. Los nervios
desaparecen, comenzamos a disfrutar, ¡lo que venga….!
Cruzamos localidades como Robledo de Chavela, Hoyo de
Pinares, Cebreros…; verdes parajes sobre el horizonte, múltiples viñedos, hasta
el yermo campo está frondoso, ha llovido mucho. 77 Km recorridos y llega el
puertecillo de Arrebatacapas, se hizo interminable, y a medida que ascendíamos, nos alegraba la
vista con unas preciosas panorámicas; en
función de las inmensas curvas, unas veces de Madrid –provincia- y otras de Ávila;
sin embargo, no veíamos al grupo, tan solo estábamos 4 motos, así que decidimos
parar en sitio seguro una vez coronado y a esperar novedades.
Allí empezamos a sentir el clima propio de Ávila, y el Sol
alumbrando sin obstáculos de ninguna clase, pero descendiendo su puerto; no
saboreamos un cigarro y dos y tres, porque no fumamos, pero tiempo hubo para
ello, y si no nervios, si cierto temor ante la tardanza; cuando conseguimos
comunicar por teléfono, ya estaban en marcha, la Sunbeam perdiendo aceite en
exceso, tuvo que parar y rellenar y la
DKW con problemas de encendido; llevamos un as en la manga, Segundo Alonso, lo
conocen hasta en Suiza, y hasta los ingleses, y ¡hasta en su pueblo!; solucionó
el problema eléctrico y hacia El
Barraco, punto de reunión, repostaje y avituallamiento para la cena.
Aquí, las dos
tiempos se merendaron su ración de gasolina, estaban ya necesitadas, mientras
otros realizaban la compra para la cena; la S-7 se bebió el aceite que llevaba más
la lata de repuesto, fue marcando el camino por si tenía que volver sola. Había
perdido la dichosa tapa y ya era imposible continuar el viaje, por lo que hubo
que subirla al remolque, y su piloto, continuar la ruta a lomos de la Ossa 160. ¡Qué suerte! y ¡qué
cambio! Lástima de máquina, verla allí
arriba, atada y sola.
Reanudamos la marcha, ya se sentía el frio y el Sol tenía más
ganas que nosotros de llegar a donde quiera fuera; en algunos tramos, la
visibilidad era complicada. Caminábamos en grupo, 70 Km aun por delante y de nuevo con problemas; pronto la S-7 se vio
acompañada en su soledad, por otra gran máquina, la DKW 500. La magneto dejó de
funcionar, así que dado lo avanzado del día y la distancia que nos restaba, se
decidió subirla al remolque. Mañana sería otro día, el Jefe de mecánicos, el
Oficial y el Ayudante, o sea, Segundo,
se pegaría con ella.
Continuamos con la
ruta, los que iban ligeros de ropa, tiritando encima de la moto, metiendo las
rodillas hacia el motor, para robarle
algo de calor y a todo trapo, a todo gas, para llegar cuanto antes. Por fin en Navarredonda, las luces del pueblo encendidas, ni
un alma por las calles, ni un perro, silencio y
mucho frio; llegamos al alojamiento, Andrés el dueño –buena gente- esperándonos,
la calefacción en marcha, ¡¡qué alegría!! Descargamos equipaje, guardamos las
motos en el garaje, y nos pusimos de nuevo en marcha, pero esta vez con la
barbacoa, la cena, las 11 de la noche.
Después del banquete, a por la cama, mañana será un día muy
largo, la etapa reina, lo más difícil, lo más bonito, la más anhelada.
La DKW 500
|
Amanece el día
20, de nuevo nervios, gran y complicada jornada nos aguarda, 230 Km y muchos
puertos. Espectacular el paisaje desde la ventana, Gredos al alcance de la mano,
imponente, repleto de nieve, dominando el valle; los prados helados, las
chimeneas humeando, y el día que se presenta nítido y sin viento, perfecto. Segundo, después de desayunar, se puso manos a la obra, un
par de trucos de esos que se saca de la chistera y la DKW ronroneando, aunque
con estornudos, ¿por dormir en la calle?..., pronto se puso a tono. Nos
abrigamos bien, lección aprendida, motores rugiendo, alguna revisión de última
hora y la caravana en marcha, destino
Villanueva de la Vera.
41 Km hasta Barco
de Ávila, próximo punto de reunión y bajo la atenta mirada de las cimas de
Gredos y su más que refrescante aliento; algunas buenas curvas, con resto de
hielo, el Sol apenas ha entrado en ellas; nada de tráfico, con lo que en
ciertas bajadas sinuosas, algunos exprimían los escasos caballos que montan,
disfrutando de lo lindo, bonitas trazadas.
En la gasolinera
de Barco, de nuevo repostaje, incluso las 4 tiempos, se avecinaba lo más duro y
100 Km restaban hasta la próxima, en Cabezuela del Valle. El grupo llegó aquí
dividido, por prudencia de unos, velocidad de otros y por la DKW, hubo que
subirla otra vez al remolque, con los
problemas ya conocidos. Problemas definitivos, imposibles sobre la marcha y sin
el repuesto adecuado.
Dejamos la N-110, para La Carrera, puerto de
Tremedal y Becedas. La subida al Tremedal relega a las motos menos potentes a
cola de pelotón, la carretera es angosta, estrecha, con un par de curvas de
180º en un radio imposible y un desnivel vertiginoso, hacia arriba, que hacía
que se saltaran los engranajes de toda la caja de cambios. Solitaria bonita, algún caserío que otro y espectacular
paisaje. Disfrute pleno, aunque sudando.
Una vez coronado, 11 Km, hay una gran explanada, donde los aventajados, estaban
aparcando sus monturas; es un mirador de lujo, para un día como el que teníamos.
Llegó el furgón y raudos nos pusimos a tomar las 11, aunque eran las 12 y pasadas; lo que sobró de la cena, fue un manjar, no estaba previsto, aun sabe mejor, y ahora nosotros éramos quienes observábamos a los picachos, con bocata y cerveza en la mano, repostando y las motos, descansando. El descenso de este puerto dirección Becedas, muy peligroso, la carretera como en la subida, a lo que hay que añadir el mal estado del asfalto, además de arena y gravilla suelta. Es la cara norte de esta cumbre, provincias de Salamanca y Ávila nos contemplan; no pudimos disfrutarla, bajamos a 4 patas casi, mucha precaución.
Puerto del Tremedal
|
Llegó el furgón y raudos nos pusimos a tomar las 11, aunque eran las 12 y pasadas; lo que sobró de la cena, fue un manjar, no estaba previsto, aun sabe mejor, y ahora nosotros éramos quienes observábamos a los picachos, con bocata y cerveza en la mano, repostando y las motos, descansando. El descenso de este puerto dirección Becedas, muy peligroso, la carretera como en la subida, a lo que hay que añadir el mal estado del asfalto, además de arena y gravilla suelta. Es la cara norte de esta cumbre, provincias de Salamanca y Ávila nos contemplan; no pudimos disfrutarla, bajamos a 4 patas casi, mucha precaución.
La MV y su "buena sombra" |
Llegamos a Hervás, provincia de Cáceres, gran pueblo, gran
historia y sede del Museo de vehículos clásicos; un saludo a su creador, Juan
Gil. Para llegar aquí, hemos hecho un descenso vertiginoso, buen asfalto,
bonitas curvas, merece la pena. Las motos marchan sin problemas, la temperatura
va en ligero aumento y ellas lo notan, la carburación, sobre todo en las de
menor cilindrada, se afina, andan como rayos. De todas formas, el ingeniero, el
mecánico, siempre está en la retaguardia, por si acaso.
De Hervás a
Cabezuela del Valle, atravesamos el
Valle del Ambroz, al igual que lo hace la Ruta de la Plata, (Gijón – Sevilla)
antigua vía romana, un auténtico vergel de la naturaleza, un microclima
especial, con cotas desde los 400 metros, hasta alturas superiores a los 2100
m. Pero nosotros hacia el Este, hacia otro paraíso del Norte de la provincia de
Cáceres, el Valle del Jerte.
Para ello, otra gran barrera hemos de superar, el Puerto de
Honduras; preguntado a un vecino de Hervás si íbamos bien para Cabezuela
pasando por dicho puerto, se quedó mudo unos segundos mientras observaba con cara
de atónito las motos y contestó: “¿por
Honduras?, ¿ con estas…? no, por ahí no, vayan por la autovía, más Km pero más
fácil”. No le hicimos caso, lógicamente y acertamos; tanto la subida como
la bajada, -31 Km- el ya comentado paisaje, la misma carretera (aunque estrecha
y muy transitada) mereció la pena y las motos, (las de siempre) sudando, pero
sin más.
Ya en Cabezuela,
cerca de las 3 de la tarde, toca la hora de comer, a buscar sitio; misión
imposible se presagiaba aun sin bajarnos de la moto, había gente por doquier, y
los aparcamientos de los restaurantes, repletos de coches. Una joven pareja esperaban ansiosos la llegada de la caravana, para ver a su padre, a lomos de su moto, la MV; fue un bonito encuentro, aun lo recuerdo y me emociono.
Acabamos donde el
primer año, en un quiosco, unas cuantas raciones, al lado del rio Jerte, que como el resto de la
naturaleza, estaba pletórico, bajaba avasallador y estruendoso. Fue un buen
descanso, merecido, 2 horas más o menos, y gran espectáculo.
La joven pareja |
Seguimos
dirección Plasencia para desviarnos a Valdastillas, esto es, montaña de nuevo,
para pasar del Valle del Jerte, a la comarca de la Vera, ¡ahí es nada! Sería la
última escalada del día, culminada en el término de Piornal; un bonito ascenso,
aunque exigente, un trazado muy sinuoso y estrecho y miles de cerezos
saludándonos. El descenso hacia
Garganta la Olla, 12 Km, fue más complicado; igual de sinuoso, pero el firme
muy irregular y bacheado; aquí las suspensiones, trabajaban, descargaban su
energía sobre brazos y espaldas del piloto, que con 180 Km a cuestas, ya iban
resentidos.
La Vera, ¡Qué pueblos!, ¡qué gargantas!,
¡qué agua!..., por las calles de muchos
de ellos, discurre en pequeñas regateras, refrescando, limpiando, cantando. Si
del Jerte la cereza, el pimentón de la Vera; un privilegiado balcón, desde el
cual se pierde la vista en las vastas y frondosas extensiones del Valle del
Tiétar.
Cuacos de Yuste, Aldeanueva, Jarandilla, Losar, Valverde y por
fin, Villanueva de la Vera; la carretera
perfecta, buen firme y en ligero descenso; las motos, raudas y veloces, también
disfrutaban, parecían saber que culminaban su hazaña, descansarían. Llegamos al alojamiento, La Casa del Pozo, grande
en todos los sentidos; las máquinas a cobijo, nosotros a la ducha y un paseo
por la plaza del pueblo. Mientras tomábamos algo en una terraza y comentábamos
la bonita etapa, con sus peculiaridades, Paolo y señora compraban los
ingredientes para regalarnos una suculenta cena.
Espaguetis con langostinos, espectacular; buena cena, buen
grupo, buen ambiente. Decir que los italianos, venidos desde Cerdeña
expresamente para realizar la ruta, tuvieron unos ayudantes en la cocina de
lujo. No se puede pedir más. Gran jornada, en todos los sentidos.
En Villanueva de la Vera |
A
medida que nos acercábamos a Arenas de San Pedro, el tráfico, sobre todo de
motos –de hoy, desnudas…y vestidas y escúteres-
iba en aumento; estas carreteras gozan de gran popularidad entre los
moteros, hay que extremar la precaución, la calzada es estrecha y después del
asfalto…, pinos, miles de pinos, haciendo de pantalla. Nuestras abuelas,
asustadas ante la vorágine y ferocidad de sus nietas.
Ramacastañas,
Lanzahita y Gavilanes, algunos largos tramos de sube y baja y largas rectas, el
casco pegado al manillar, los riñones al aire, el puño a tope, en cuarta y a
rebufo del que se pueda, hasta alcanzar los
90 - 95 Km/hora. Esto, aparte de
aburrido, una paliza para la mecánica. Antes
de llegar a Gavilanes, la Ossa dijo que no andaba más, paró a tomar aliento;
las que la seguían, también sin aliento, continuaron la marcha, por si acaso,
sabiendo que detrás estaba la solución, como así fue; entre su piloto y el
mecánico, solventaron el problema, carburación, suciedad, limpieza y a correr. De Gavilanes a Mijares y Casavieja, ruta muy amena, sinuosa,
sube y baja y poco transitada, disfrutando de nuevo, hasta llegar a la 501,
para Piedralaves y La Adrada; aquí
paramos para repostar y reagruparnos y
en la espera se decidió, dada la hora y lo que restaba para Rozas de Puerto
Real, 22 Km y lugar de avituallamiento, no hacer el desvío hacia Casillas, para
de esta forma, llegar a tiempo al restaurante.
En la provincia de Madrid |
Por fin entramos en
tierras madrileñas, alegría y tristeza a la vez, esto se acaba. Cadalso de los
Vidrios, Aldea del Fresno, Villamanta,
Sevilla la Nueva…, pinos piñoneros, embalses, vegetación y tráfico,
bastante, se acaba el fin de semana, la vuelta a casa. El grupo compacto,
dirección Brunete, para retomar la autovía M-501, y hacia el lugar de partida, Villaviciosa de
Odón. No nos esperaba nadie, después de la gesta, tan solo los perros
guardianes del Bricolaje. Algunas motos se llevaron un beso o una palmadita,
como premio.
Resta decir que fue un éxito en todos los
aspectos y que la añoramos ya; ansiosos por que llegue Abril para repetir y disfrutar, tanto de las motos,
como de los pueblos, sus paisajes y lo
mejor de todo, los moteros y moteras.
Dar las gracias a
Segundo Alonso por estar siempre
dispuesto a los demás, a Paco Rincón por prestarnos sus instalaciones, a Jesús
Sánchez por su vehículo de apoyo con moto de repuesto incluida, a Paolo por sus
servicios, a todos los asistentes por su
saber estar y buen humor y a la revista Motociclismo Clásico. Hasta el próximo
año.
Pedro Martín
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